UNA TARDE DE CINE

Judith Martínez. 1r ESO


Cuando aquel día, exactamente, un viernes 13 decidimos ir al centro comercial (La Maquinista )toda la familia menos yo, tenía ganas de ir, porque aquella horrorosa  tarde era  el día en que mi hermana escogía la película que teníamos que ver. La última vez fue el día en que la eligió mi madre y sin duda no me gustó nada. Al llegar había grandes colas de gente para entrar al cine, a los 15.00 minutos a mi hermana se le escucho decir:

 - Cuatro entradas para “Ágora” por favor –dijo alegremente-
-tome ,son 28,30 euros-alertó la trabajadora –exactos,gracias.

Cuando faltaban 10:00 minutos para que empezara la película , yo efectivamente tenía ganas de ir al lavabo, y no era por necesidad sino por no ver empezar la película. Cuando mi familia entró a la sala, yo fui a la sala de recreativos. Nada más tenía un euro y no lo podía desaprovechar,  al observar todas las magníficas y fabulosas máquinas se oyó a un individuo decirme:

-¿ Estas sola niña? – exclamó aquel hombre con voz ronca.
-¡ Sí ! –contesté sin temor ninguno.
-¿ Te quieres venir conmigo, guapa?- insistió varias veces.
-No, no quiero déjame señor !- contesté ya asustada.

Aquel hombre me cogió del brazo bruscamente y sin soltarme me desplazó varios metros.

¡Déjame, déjame!-insistí con miedo.
¡Tu te vendras conmigo!- declaró el individuo con codicia.

Como pude le pegué una patada y corriendo me dirigi hasta el cine. Aquel corría detrás de mi y yo me puse muy nerviosa, pasando entre las piernas de la gente, le di  la entrada a la trabajadora y entré a la sala. Cuando vi a mi familia me acerqué y me senté junto a ellos.

-¿ Cómo has tardado tanto?- me dijo mi madre.
-Porque en el lavabo había mucha gente- Exclamé mintiendo.

Al acabar la peli yo y mi familia nos dirigimos a casa y nunca  más vimos a ese individuo.