Una vez realizado el referéndum sobre el destino de las tres chimeneas, parece que éstas seguirán en pie. Los votantes a favor del mantenimiento, defienden que se deberían conservar como “patrimonio industrial” y otros simplemente por simbolizar a la ciudad de Sant Adrià. Ante las dos afirmaciones de los votantes a favor, he de decir que mi posición es la contraria.
No me parece bien que las torres simbolicen a nuestro municipio, porque la única imagen que pueden dar es de degradación urbanística y ambiental, simbolizando el mal gusto en la estética industrial. Solo su tamaño ya demuestra la prepotencia de un capitalismo salvaje y sin escrúpulos, que no tiene en cuenta a los ciudadanos y sus intereses, sino únicamente los propios, el dinero y el poder, sin aportar ningún beneficio social.
Seguramente, muchos de los que han votado a favor tendrán en mente a sus familiares, que con su trabajo y su esfuerzo lograron levantar estas obras faraónicas. Pero han de pensar, que lo hicieron por un salario (a veces mínimo), para dar de comer a sus familias, y que seguramente, si les hubieran preguntado, hubieran preferido crear algo mejor.
¿Alguien ha pensado en la contaminación y sus repercusiones en la población de Sant Adrià, incluidos sus hijos y familiares, cuando ha votado a favor de las tres torres?
¿Realmente, a los votantes a favor no les duele la vista cuando ven semejante engendro?
Las tres torres y el espacio que ocupan, se convertirán en un vertedero de hierro y hormigón, que acabará por simbolizar la ciudad de Sant Adrià, y que añadido al resto de industrias contaminantes del litoral marítimo ya nos señalan como una ciudad sin personalidad.
Creo, que un parque de homenaje a los trabajadores que levantaron esas tres torres serian el mejor símbolo que nos podría representar a todos los ciudadanos de Sant Adrià.
Alvaro tienes muchisima razon y que lo mejor que podrian hacer es el parque en homenaje de los trabajadores.
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