Alumne de 1r de Batxillerat B
El pasado 26 de octubre, los alumnos de primero de bachillerato fuimos de excursión al CosmoCaixa. Allí visitamos «Talking Brains», una exposición que muestra nuestra capacidad comunicativa y la aborda desde diferentes campos. Cómo se produce en nuestro cerebro la capacidad de aprender a hablar, cuáles son las conexiones que hacen posible el habla en los humanos (una capacidad que nos diferencia del resto de los seres vivos), cuál es el origen de las diferentes lenguas o cómo ha evolucionado el lenguaje en nuestros antepasados fueron algunas de las preguntas que la exposición planteó.
Como previamente hemos mencionado, la muestra abarcaba diversos campos. Esa fue la razón por la que nos acompañaron Rosalia Delgado (Castellano), Marta García (Biología) y Javier Diaz (CMC) como representantes del centro. La mañana transcurrió de manera típica. Como en cualquier otra excursión fuimos al centro como punto de reunión y cogimos una serie de trenes y ferrocarriles para llegar al CosmoCaixa. Tuvimos un par de minutos para organizarnos, repartirnos y empezar. Era una visita guiada, así que tuvimos que cablearnos cual ciborgs en una gasolinera. Era importante comprobar y ponerse los auriculares bien para así evitar molestias en la exposición.
Nada más entrar, nos encontramos con una pared con unas cuarenta pantallas de plasma donde se podía ver a personas de diferentes partes del mundo comunicarse. Empleaban desde lenguas cercanas como inglés, francés, italiano.. a lenguas lejanas como el japonés, hindú o guaraní, pasando por lenguas muertas como el kiliwa, ocuilteco, matlatzinca, y sin olvidarnos de lenguajes de signos. Toda una emotiva demostración de la gran amalgama y diversidad que tenemos los humanos para comunicarnos. A todos nos han explicado alguna vez que el castellano, el catalán o el portugués tienen algo en común, ¡el origen!, y es que ese trío, junto a unos cuantos idiomas más, proceden del latín. Pero... ¿y el latín?, ¿de dónde procede el latín? En la siguiente parada de la exposición pudimos resolver esa duda. En este apartado observamos las lenguas como un gran árbol, un árbol que ha ido creciendo con el paso de los años y que por ende se ha multirramificado. Este árbol tendría el nombre de “Human” y cada una de las ramas serían las diversas familias y lenguas que tenemos en el mundo.
Fuimos avanzando entre las diferentes salas y departamentos: que si el lenguaje en la evolución homínida, que si los fetos escuchan hablar a sus madres, representaciones de enfermedades que afectan al lenguaje... hasta que llegamos a la que para la gran mayoría fue la joya de la corona: una maqueta de un cerebro de tamaño gigantesco donde se reproducía un pequeño cortometraje en realidad virtual. ¡La experiencia fue fabulosa! Los alumnos salimos maravillados tanto del contenido como del realismo de aquel producto audiovisual. Hay que decir que para muchos de los alumnos fue su primera experiencia con esta tecnología, que a pesar de su aún primitivo desarrollo, parece que es el futuro.
Otra zona que levantó curiosidad entre la gente fue una especie de prueba/experimento/investigación neuropsicológica que estaban realizando los trabajadores de la fundación y en la cual podíamos participar. Fueron varios los alumnos del centro que colaboraron. En este punto, la guía se despidió, no sin antes invitarnos a seguir explorando en profundidad cada una de las zonas, pero desapareció.
Y como no todo podía ser bueno, ahora vamos con lo malo, porque precisamente la guía lo fue. La mayoría del alumnado coincidimos: una explicación floja y simple que hizo de algo que podría haber sido muy lúdico y reflexivo, en algo que al final resultó un poco pobre.
Pero no arruinó la experiencia. La excursión resultó ser un gran día lleno de diversión, aprendizaje y sobre todo ¡cohesión! Porque en este curso, igual que en todos los inicios de ciclos, hay mucha gente nueva, y estas actividades favorecen conocerse los unos a los otros de una forma mejor.
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